sábado, 5 de noviembre de 2011

V de Revolución


Una vez me hablaron del poder de los ideales.  Me hablaron de gente que mató por ellos y gente que su vida dio por defenderlos. Escuche que no se puede besar o cazar o atrapar o tocar un ideal. Me dijeron que no sangran ni sufren, y tampoco aman. Me mostraron que son inmortales, que no pueden morir. Y que siempre podrán seguir cambiando el mundo.

Y es que una mente abierta es capaz de cambiarlo todo. 

Yo tengo un ideal. Un ideal a prueba de fuego, a prueba de balas, a prueba del tiempo. Siempre creí en el poder de los ideales, un poder que a todos cautiva y enlaza, un poder que une y abre ojos, un poder que crece dentro de nosotros y duerme esperando a ser despertado por otros. Un ideal es sinónimo de una revolución, una revolución que he de empezar ya que yo, al igual que Dios, ni juego al azar ni creo en la casualidad.

Hace mucho me mostraron que poseemos mucho que no necesitamos, y que para ello nos privaron de lo único que realmente nos hacía falta, nos quitaron aquello que es mas importante para poder lograr un ideal, para poder hacerlo real. Nos la quitaron.

Esperanza

Y es lo que ahora necesitamos para continuar. Y yo voy a devolvérsela al mundo. Devolveré la esperanza que nos arrebataron, y con ella seré capaz de llevar mi ideal a sus limites. No pienso detenerme. No vacilaré. No me echaré atrás. No frenaré. Y haré lo que sea, no en vano, ¿cuantas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo?

Es el momento de iniciar una revolución. Es el momento de sentir el cambio, de hacerlo todo a nuestro modo. Es el día en el que la esperanza nos será devuelta, y nuestros ideales se cumplirán. Hoy sabremos lo que es la luz, y podremos ver mas allá de las nubes que nos impusieron. Podremos ver un sol que nos negaron, y al observarlo sabremos que es lo correcto. Porque seremos capaces de ver la verdad.

Hace tiempo escuche sobre el poder de los ideales. Me dijeron que no sangran, no mueren, que aquellos que los tuvieron murieron por ellos, mataron por ellos. Que no sufren, no sienten, no aman. Me dijeron que todo el que poseyó uno lucho por el, y lo hizo realidad. Me enseñaron a no cazarlos,  a no atraparlos, y me mostraron que son intangibles. Que perduran en el tiempo y la memoria, y que siempre podrán cambiar el mundo. Pero nunca me dijeron que pasaría si yo poseía un ideal. Nadie me dijo que pudiese sufrir ese destino, ni que yo sería como ellos. Nadie me advirtió que yo podía morir, o que acabaría matando. Nadie me advirtió que yo tendría que luchar, ni me dijeron que sufriría por ello. Porque todo aquello que no derrama o siente un ideal, lo absorbe su poseedor. Porque nunca se derramará la sangre de un ideal, sino la de los que creen en él, ni sufrirá este, pues serán ellos los que lloren por él. Nadie me advirtió que alguien me echaría de menos. Pero ese es su poder...

Si alguna vez tenéis un ideal, si llegáis a poseerlo, o a crearlo, haced que se cumpla, pero recordad que quien tiene un ideal no puede pensar en nada mas, que quien tiene un ideal no puede tener otra cosa, que si tienes un ideal ya no eres tu dueño. Y que hay muchos tipos de ideales, pero solo existe uno para mi.

Venganza.

''Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre. Conspiración, pólvora y traición.''




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''Tocala otra vez Sam...una y otra vez''